lunes, 31 de agosto de 2009

martes, 25 de agosto de 2009

El Camino - parte III -


El 13 de Agosto llegamos a Pedrouzo, donde un par de Gintonics y bailoteos fueron necesarios!

“- Cuando uno viaja, siente de una manera muy práctica el acto de Renacer. Se está enfrentando a situaciones nuevas, el día pasa más lentamente y la mayoría de las veces no se comprende ni el idioma que hablan las personas. Exactamente como una criatura que acaba de salir del vientre materno-”

Y el 14, tras el paso por Monte Do Gozo, donde todos quedamos para hacer la última parte del Camino juntos, llegamos a Santiago. Todo eran sonrisas, bromas, abrazos y alegría.

***El viaje, que antes era una tortura porque sólo querías llegar, ahora comienza a transformarse en placer, en el placer de la búsqueda y de la aventura. Con esto estás alimentando algo muy importante: tus sueños.***

El Camino - parte II -




El 11 de Agosto empezamos a caminar a las 6,30 desde Portomarín. Que gran experiencia andar de noche!!…estuvimos hora y media bajo estrellas, necesitados de linternas en los momentos en los que los árboles nos cerraban el camino y trataban de escondernos las flechas amarillas (esas flechas, que dejarán de guiarnos a partir de Santiago, y seremos nosotros quienes deberemos pintarlas).

El 12 salimos de Palas do Rei para llegar a Ribadiso (cerquita de Arzua). También despertamos temprano y nos perdimos algunas recomendaciones gastronómicas por todavía estar cerrado o abriéndose los locales. Por la tarde, compartimos una experiencia que espero fuera tan enriquecedora para vosotros como para mi. Aquí tenéis un anexo de agradecimiento por compartir conmmigo aquella puesta de sol:

“- Miré el cielo, la Vía Láctea se extendía sobre mí, mostrando el inmenso camino que debíamos cruzar. En otros tiempos, esta inmensidad me habría producido una gran angustia, un miedo terrible de no ser capaz de recorrerlo, de saberme demasiado pequeño para ello. Pero hoy yo era una semilla y había nacido de nuevo. Había descubierto que, a pesar del bienestar de la tierra y del sueño que me invadió cuando me sentía dentro de ella, la Vída era mucho mas bella “allá arriba”. Yo podría nacer siempre, cuatas veces quisiese, hasta que mis brazos fuesen lo suficientemente fuertes y grandes como para poder abrazar la tierra de donde yo venía-”

El Camino - parte I -


Aitor, Marta, Jaume, María, Sergio, Julia, Alberto… todos teníamos grandes esperanzas en el Camino. Cada uno, unas expectativas distintas, una historia mas o menos reciente sobre la que pensar, un futuro mas o menos incierto en el que reflexionar, pero al llegar a Santiago, todos estábamos satisfechos por la experiencia vivida. Todos sonreíamos mientras asimilábamos poco a poco los kilómetros que quedaron atrás, llenos de anécdotas, de cansancio, de chistes, de tropiezos, de madrugones, de historias, abrazos, canciones, lágrimas, bailes, nuevos amigos con los que en tan breve tiempo tanto se ha compartido.

El 10 de Agosto comenzamos a caminar en Sarria para, tras 5 horas a buen ritmo, llegar a Portomarín, con tan solo una paradita en aquella tasca de Morgade, donde por recomendación del padre de Carlitos, tuvimos que degustar los huevos con chorizo que superaron las expectativas.

A lo largo del Camino, hemos ido dejando atrás albergues de todo tipo: desde el polideportivo cuyo suelo nos acogió la primera noche, hasta el de Ribadiso (amplio, limpio, cómodo, tranquilo, al lado de un precioso río en el nos refrescamos al llegar…). Aquí volvemos a encontrar un paralelismo con la Vida, donde unos momentos nos han gustado mas que otros, unas experiencias nos han hecho muy felices, frente a otras en las que lo hemos pasado mal. Gente con la que hemos compartido grandes momentos… Todo va quedando atrás, y al igual que los albergues, a la mañana siguiente, seguiremos caminando, mirando al frente, dejándolo atrás y manteniendo la felicidad y satisfacción de haberlo disfrutado, mientras que sentimos alivio al comprobar que también hemos dejado atrás los malos momentos, la gente que no nos aporta cosas buenas o deben dejar paso a nuevos personajes de nuestra película (cerrar una puerta para poder abrir otra…), donde siempre tendrán cabida nuestros seres queridos que caminarán con nosotros hasta el final.