martes, 21 de febrero de 2012

Ciudad de México. México DF (desde el 4-2-12)

Grandísima experiencia la vivida en mi último viaje.

Un sinfín de oportunidades las que ofrece México, según el tiempo de que dispongas y el tipo de viaje que desees... En mi caso, en 8 días, tengo la impresión de haber aprovechado al máximo, de haber exprimido y disfrutado al 100% una visita que ha sido enormemente enriquecedora.

Tras mucho planificar en los días previos a la llegada, el resultado final fue genial: Dejarse llevar por las orientaciones y señales del día a día y dividir la visita en 2 partes. DF y Chiapas.

Por mucho hambre que tengas, sólo puedes comer un determinado número de platos al día si no quieres sufrir una indigestión... Lo mismo pasa con el turismo en países como México, donde hay tantas cosas que ver. Tienes que limitar tu agenda, organizarte de forma tranquila y disfrutar de los tesoros que decidas saborear pensando en que en un futuro habrá ocasión de volver.

En principio, pensé en coger (uy!maldita palabra :) un coche y desde DF pasar por Puebla, y por la costa del golfo de Mexico llegar a Coatzacoalcos, Ciudad del Carmen, Mérida...para terminar en Cancún. Otra idea era Puebla, Oaxaca, Chiapas y vuelta a DF... imposible en tan poco tiempo. Las distancias son enormes, muchas de las carreteras son de montaña y... no es cuestión de pasar las vacaciones en un coche.

Para una próxima visita, además de Oaxaca (disfrutarlo intensamente...), me gustaría llegar a Chetumal, y ya que estamos... cruzar a Guatemala y Belize.


Una de las lecciones de este viaje ha sido comprobar lo distinta que es la realidad respecto a las ideas que nos creamos tras escuchar comentarios y consejos provenientes de personas que en muchos casos ni han estado en el lugar del que hablan y en muchos otros, tienen una peligrosa tendencia al catastrofismo y las desgracias imaginarias.

Por supuesto que reconozco (y recomiendo!) que a la hora de viajar, como al cruzar la calle para comprar el pan en tu barrio, hay que ir con los ojos bien abiertos y estar atentos a todo lo que pasa a tu alrededor, pero no hay que viajar con miedo (los miedos limitan!). Optimismo, ilusión, curiosidad, agradecimiento... viajar con buena energía te hará encontrar situaciones y gente en tu mismo nivel vibratorio. Personalmente, no sólo no he tenido ningún problema, sino que en ningún momento me he sentido inseguro ni he encontrado un sólo mexicano que me diera "mala espina".

Los mexicanos son gente buena. Tradicionales, tranquilos, despreocupados, les gusta ayudar...

Una curiosidad, un rasgo de su personalidad que he comprobado en varias ocasiones es su forma de contestar a tus preguntas o comentarios sin querer llevarte la contraria o admitir que no saben la respuesta. "Perdone, para llegar a Coyoacán voy bien por aquí?" "si, si, si..." O_O y puede ser que si.... o puede ser que vaya en dirección contraria.

El "ahorita" de los mexicanos puede ser en este momento... o dentro de 1 hora.
El "aqui" de los mexicanos no es bajo este arbol, es en este bosque.

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