Mong Gnoi, martes, 18:37 horas.
Sentado al borde de una plataforma de bambú (donde espero que en breve me traigan el pescado que he pedido) tengo delante de mi, prácticamente la oscuridad absoluta. Hace dos minutos todavía se dejaba ver algo de claridad en el poco cielo que se aprecia entre las montañas que abrazan este valle al que hoy he llegado. Picos tan cercanos como las paredes de mi habitación, cubiertos de todo tipo de verdes... No muy lejos se escucha a un búfalo que se queja por algo...los grillos, ya vestidos de gala, comienzan a citarse en la calle. A lo lejos, allá abajo veo el destacado destello de una hoguera, y las sobras que provoca en varios laosianos a su alrededor. Esos que nunca esconden su amable sonrisa, su "sawadee" a quien se les acerca... Alguien se está bañando en el rio. Se escucha el agitar del agua, como si algún rezagado hubiera dejado la colada para mas tarde... El resto: Silencio.
19:23 horas.
en mi pequeño bungalow, ya cambiado y seco tras sufrir un traicionero chaparrón tropical! (sería eso lo que trataba de advertir el búfalo...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario