Nömada
"Ten cuidado con lo que deseas... porque acabarás consiguiéndolo"
martes, 21 de abril de 2015
Ceremonia del Té y otros engaños
Ser objeto de timos es uno de los principales temores del viajero.
Tener los ojos bien abiertos, mantener controladas las carteras y pasaportes, procurar informarse sobre las calles que son menos recomendables en horario nocturno… son algunas de las recomendaciones básicas cuando empiezas a preparar tus primeros viajes, pero… Hasta que punto debemos ser desconfiados con desconocidos? Es un tema que va según personalidades, tu amor por la aventura, según tu mayor o menor gusto por contactar con nuevas personas, por compartir nuevas aficiones…
La suerte, la experiencia y el sexto sentido del viajero también te sacarán de más de algún apuro. En mi caso, me niego a dejar de hablar con gente que se presenta de primeras ante mi, siempre que tengan un mínimo de educación y de cordialidad. Y así he disfrutado de grandes experiencias de todos mis viajes sin haber tenido la ocasión de vivir ningún engaño… hasta la semana pasada.
Y así fue. Aun sigo preguntándome qué es lo que pasó, cómo no pude darme cuenta de primeras, cómo no supe reaccionar a tiempo. Supongo que conozco los motivos o al menos se alguna de las razones que ocasionaron “el despiste”, y creo que tuvieron que ver con mi cansancio.
People Square. Shanghai. 2 pm. Me siento en un banco a consultar un plano de la ciudad, donde trataba de buscar el Shanghai Museum para dirigirme a el. Tenía una pareja al lado, (chico y chicas, bien vestidos, chinos como todos por allí) a los que pregunté si sabían donde estaba. Me señalaron la dirección, si bien me aclararon que estaba cerrado…que ahora el Museo y sus colecciones estaban en otro lugar a las afueras, a unos 20 kms de allí. Me preguntaron de donde era, que hacía por allí, me contaron sobre ellos (una chica que trabaja en Century 21, que había recibido la visita de su primo de las afueras y estaba enseñándole la ciudad). Ambos hablaban bien inglés, mostraban su educación, su alegría… pero también su continua forma de dar y sacar información. No paraban de hablar, como para no dejarte pensar… Me dijeron que al día siguiente tenían pensado ir al zoo, y que hoy iban con unos amigos a una ceremonia del Té, tradicional en Shanghai. Tras preguntarme algún detalle mas sobre mi, si iba solo, si esperaba a alguien, hasta cuando estaba por allí… me invitaron a ir con ellos! He de asegurar que no vi ningún peligro en ello. Era un día soleado, ellos no parecían sospechosos para nada. Había mucha gente por la calle, y a donde se suponía que íbamos era un lugar cercano. Así que allá fuimos. Ellos seguían hablando (Fórmula 1, cómo se dice esto en español, los toros, Cristiano Ronaldo…). Quizá era lo que más me mosqueaba. A los 5 minutos estábamos frente a un pequeño local con una puerta corredera y símbolos y fotografías relacionadas con el té.
Entramos. Hicieron alguna pregunta a un hombre vestido como “maestro del Té”, con su bata roja, su sombrero o tocado a juego... Entramos en una de las pequeñas salitas que había y allí me explicaron lo que había que hacer. Sentados frente a una mesa con diversidad de frascos con etiquetas que mostraban los tipos de té que había en sus interiores. Me mostraron una especie de Menú y me aclararon cómo funcionaba aquello. Unos 50 yuanes por persona y té que degustáramos. Yo en principio “planté las orejas” y aclaré que sólo tenía 50, (unos 8 o 9 euros, lo que consideraba suficiente para un té, por mucha ceremonia que tuviera alrededor). Ella me dijo “te refieres 500?””no te preocupes, se puede pagar con tarjeta…” con tanta naturalidad y confianza que pensé en que no pasaba nada si gastaba algo mas (“total, es una situación peculiar, curiosa… cultural”) El “maestro” iba sirviendo, iba explicando, ellos traducían. Cómo coger el vasito si eres chico o chica, cómo golpear 2 veces en la mesa para mostrar agradecimiento tras cada vez que te sirven (ojo!, me decían riendo, si golpeas 3 veces significa I love You!). Actuaban con rapidez, me daban a elegir el siguiente té con total normalidad, explicando sabores, propiedades… Transmitiendo confianza (hasta llegamos a concertar una cena en su piso, esa misma tarde, donde ella cocinaría para nosotros y para mi amigo que allí no estaba, y nosotros llevaríamos una botella de vino). Dije que tras la degustación de 3 tés, creía que era suficiente. Entonces me ofrecieron una cajita vacía, como regalo, ideal para contener té, que me ofrecían comprar como souvenir o recuerdo para llevar a casa. Me pareció buena idea y elegí uno original de aloe vera (sin haber tenido tiempo de comparar precios de té, desconociendo que el precio marcado era 3 veces mas alto que en cualquier tetería o tienda normal).
Llegaba el momento de pedir la cuenta… entre las degustaciones de los tres, las compras de los tres, la comisión que me dijeron que había que pagar por el servicio del “maestro” y otra por el uso de la visa la suma ascendía a 1450 yuanes. Entonces el chico, muy sonriente me informó que según su cultura, las chicas no pagan, y que si me parecía bien que pagaramos el total entre los dos. Ella agradeció el gesto, recordando que esta noche se esmeraría en la cocina. Así lo hicimos, dividimos en dos, cargándose en mi cuenta la cantidad de 775 yuanes. Unos 130 euros. Té de Shanghai: el Té más caro del mundo.
Salimos a caminar por una de las calles principales (Nanjing Rd) y al poco tiempo se despidieron con la excusa de ir a comprar los ingredientes para la cena. Me dieron sus emails y “su” dirección, donde nos esperarían horas más tarde con la cena preparada y los ánimos dispuestos para una entrañable velada de Karaoke.
Supongo que de camino al mercado, se pasarían por la tetería a recoger los yuanes que habían adelantado junto con su comisión.
A raiz de tal incidente, me enteré de otros modos de engaño que suelen verse con frecuencia en esta zona de Asia.
Chicas que se acercan a tí por la calle con múltiples excusas (aprender inglés, conocer tu país e intercambiar culturas… o algunas otras mucho más insinuadoras) y que te llevan a pubs donde compinchadas con los camareros, conseguirán cargarte sus consumiciones al triple de su precio habitual.
Taximetros trucados, vendedores de obras de arte, cambios de billetes falsos… son alguna otra manera que no es que te destroce el bolsillo ni que permitan al estafador retirarse a una playa desierta tras su éxito, pero sí que son recurrentes y forman parte de un estilo de vida que mueve a mucha gente...a la caza del turista!lunes, 29 de diciembre de 2014
Feliz año viejo
(un reojo a lo hecho y...paso adelante!)
A fuerza de mudarme he aprendido
a no fijar los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar
huellas las de viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una bolsita de jabón en la baño
que dejo en su lugar
aunque me estorbe.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
hasta cuando, esta vez,
he de quedarme.
Dejo que la mudanza se disuelva
con mi dolor de cabeza,
no quiero hacer ruido.
Gracias, viejos inquilinos,
por aquellos pasos,
aquellas vivencias,
aquella luz.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún arañazo
en un rincón o un estropicio
que no supimos resolver.
Y de reojo otro gracias,
al hogar que
durante un año y para siempre
vio llegar a nuestro tesoro mas preciado.
Aquel que tiene la fuerza
de detener al mayor de los nómodas,
de invitar a asentarse
y guardar maletas
en la mas inaccesible estantería.
Meditar en el cálido reposo
por mucho tiempo...
al menos hasta mañana.
A fuerza de mudarme he aprendido
a no fijar los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar
huellas las de viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una bolsita de jabón en la baño
que dejo en su lugar
aunque me estorbe.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
hasta cuando, esta vez,
he de quedarme.
Dejo que la mudanza se disuelva
con mi dolor de cabeza,
no quiero hacer ruido.
Gracias, viejos inquilinos,
por aquellos pasos,
aquellas vivencias,
aquella luz.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún arañazo
en un rincón o un estropicio
que no supimos resolver.
Y de reojo otro gracias,
al hogar que
durante un año y para siempre
vio llegar a nuestro tesoro mas preciado.
Aquel que tiene la fuerza
de detener al mayor de los nómodas,
de invitar a asentarse
y guardar maletas
en la mas inaccesible estantería.
Meditar en el cálido reposo
por mucho tiempo...
al menos hasta mañana.
jueves, 10 de abril de 2014
París (28-31 de Marzo 2014)
Aunque ya había estado en París, mi recuerdo no tenía nada que ver con lo vivido en esta inolvidable experiencia de cuatro días, en la que tanto por mi situación personal, por la inmejorable compañía y por el buen tiempo disfrutado han sacado el máximo resplandor de este escenario único.
Una velada en el barrio latino, una vuelta por el Sena, un pannini en cualquiera de sus bonitos jardines, sentarse en las escalinatas a los pies de la catedral de Sacre Coeur y disfrutar de las vistas de toda la ciudad, retarte subiendo la torre Eiffel tan alto como puedas, tocar las gárgolas de la catedral de Notre Dame, perderme por el bohemio barrio de Montmartre... son algunos de los muchos planes de los que puedes disfrutar.
Este fue un viaje especial, tanto por el motivo del mismo, como por la organización y plan de los días. Por ejemplo, fue la primera vez que probé a subir en uno de los autobuses turísticos (en cualquier de las ciudades que hasta el momento he visitado!). La experiencia fue buena. Sirvió para hacernos una idea del contenido de esta urbe, dejándonos planificar lo que a posteriori queríamos disfrutar con mayor profundidad y al mismo tiempo, descansar las piernas de vez en cuando mientras te retirabas o desplazabas al siguiente punto de interés, y es que, aunque París es una ciudad facilmente "caminable" y con distancias bastante asequibles, si te dejas llevar por tu instinto y decides utilizar lo justo el transporte público, quizá no te des cuenta de la cantidad de kilómentros recorridos hasta que tus doloridos pies paren a descansar!
Uno de los motivos turísticos que en general más me inspiran es la gastronomía. No creo que París se carecterice por tener platos típicos u originales, si bien su cocina es elaborada y llena de detalles (y es uno de los motivos por lo que ya deseo volver a la Ciudad de la Luz!!). En esta ocasión, me sorprendieron las panaderías, las cafeterías donde disfrutar de croissants recién hechos, las populares baguetes, los paninis (riquísima y económica solución), los pequeños restaurantes donde degustar fondués o raclettes, las creperies... Tenía ganas de descubrir la experiencia de comer en un Bistró típico, y dejándonos llevar por una recomendación (quizá algo malentendida), tan típico fue el que elegimos que me vi en un apuro al no entender más que el 10% de la carta y sin poder ser ayudado mas que por dos jóvenes estudiantes asiáticas que chapurreaban algo de inglés. Recultado final: una sencilla chuleta de cerdo con patatas fritas. Toda una experiencia (en Bouillon Chartier). A posteriori descubrí donde volver en la próxima ocasión, y es que tanto la zona de Montmartre (bajando desde Lamarck Caulaincourt hacia St.Georges) o el barrio latino (Quartier latin) son laberintos repletos de sitios con encanto que te invitan a sentarte y degustar un buen Saint Emilion con cualquier delicatessen.
Respecto al tema del idioma, es en París donde he tenido mas problemas y más desamparado me he visto. La falta de inglés de la gente mayor, junto con cuestionable predisposición del ciudadano parisino a constestar en el idioma universal me ha hecho identificarme con muchos turistas de cualquier parte del mundo que llegan a España y tienen serias dificultades para conseguir llegar a su destino, pedir lo que les gustaría comer... Aun así, la amabilidad del ciudadano parisino, frecuentemente cuestionada en debates y comparaciones internacionales, siempre ha estado a la altura de la belleza de su capital durante mi última aventura.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Marruecos (11-15 de Nov.)
Siempre había dejado esta visita "para más adelante", sobre todo por la proximidad, por lo fácil de planificar una escapada, y en tan solo una hora, hallarte inmerso en otro continente, otras costumbres... Comidas, olores, moneda, rasgos, valores, idioma... hacen de Marruecos una aventura única y muy asequible.
En esta ocasión sólo visité la parte del norte del país.
Tetuán, o Tetouan
Sin apenas detenernos en Tánger, nos dirigimos directamente a la capital del protectorado español en Marruecos hasta mediados del siglo pasado.
Junto a la estación de autobuses de aquella ciudad, una parada fácil de encontrar por la cantidad de Mercedes Benz de los años 80 que hay estacionados. En ella preguntamos y nos organizamos para meternos !siete personas!! en el primer "Grand Taxi" que saliera y que nos dejaría una hora mas tarde en la estación de autobuses de Tetuán. Esta es una forma muy práctica y barata (30 dirhams: 3 euros) de moverse alternativa a los autobuses (15 dirhams en este trayecto, si bien luego te piden algo más por dejar la mochila en el maletero).
Nunca había visitado una Medina. Quedé impresionado por sus laberínticas callecitas, sus pequeños negocios, hammans, farmacias, hornos...sus preciosas puertas, arcos, terrazas desde donde se divisa toda la ciudad... Llegamos ya de noche, y nos dirigimos al Riad Dalia, donde gracias a su belleza, a sus cálidas y acogedoras habitaciones, su rica cocina y Mohamed, su propietario, quien nos dio una gran bienvenida, pasamos una inolvidable noche.
Gran sensación la de separar sueños y realidad a las 4 am, cuando los coros procedentes de todas las mezquitas cercanas te rescatan por unos minutos de los brazos de Morfeo.
Si os gustan las aventuras gastronómicas, es recomendable perderse por las calles de la medina hasta descubrir algún pequeño local frecuentado por los propios marroquíes, donde sólo se sirve dos o tres platos (uno o dos caldos o sopas, generalmente la Byessar o sopa de habas, o la Harira, el reconstituyente marroquí por excelencia, y algún pescado del día rebozado).
Además de probar los ricos tés, es muy recomendable visitar alguna de las farmacias donde preparan todo tipo de remedios naturales, que te explican con detalle.
Chefchaouen, o Chaouen.
Preciosa ciudad característica por la estética azul de todas sus casitas, por la belleza de la naturaleza que le rodea (a los pies del parque nacional de Talassemtane), por la bondad de su agua natural...y por el negocio de la marihuana.
Este último punto hace de Chaouen una referencia mundial para los fumadores, y se nota desde que pones un pie en la ciudad. No hay un guía o persona que se ofrezca a ayudarte que no te ofrezca costo (marihuana apaleada) directa o indirectamente.
Increíble la cantidad de gente que se enriquece con este tema!! Todos se sacan comisión...
El restaurante Granada, del gran M.Fead Hadad (su simpatía y amabilidad os conquistará de primeras!), es la parada gastronómica más recomendable de la zona, donde podréis degustar un excelente Tallín (Guiso con verduras típico) o Cuscús, en un rincón tradicional con mucho encanto, en medio de la medina. Muy baratito además (comimos 4 personas por poco mas de 100 dirhams).
En esta zona, uno de los mejores planes en disfrutar de la naturaleza como cada uno quiera y pueda. Desde un sólo día de excursión (por ejemplo se puede llegar al Puente de Dios caminando en 5 o 6 horas, y luego bajar a Chaouen en taxi), hasta 3 o 4 días de marcha.
Nosotros conocimos a Amin, con quien disfrutamos de una gran aventura de dos días.
Bajamos en taxi hasta Akchour (a unos 350 metros de altitud), y ahí comenzamos a caminar hacia arriba, hasta la cima del parque natural de Talassemtane (1800 m). Pasamos la noche en una casita y tras precioso amanecer, continuamos caminando pasando por algunos pueblos como Tisuka, Mechkrella...y alcanzar Chaouen de nuevo.
Por cierto!, preparaos para ver cabras, burros, toros...y hasta monos!!
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Malta (Junio 2013)
Algunos de los puntos que visitamos fueron:
Buggiba y la Bahía de San Paul, muy tranquilo y perfecto para caminar junto al mar, cenar en alguna de sus terrazas, etc.... y tiene varios hoteles de primera clase muy económicos!.
Medina Rabat: Un atardecer en La Ciudad del Silencio resulta mágica. Sus estrechas calles, sus románticas farolas, ver cómo cambia el color de la piedra según se esconde el sol, divisar toda la isla desde sus murallas... te hará pasar momentos inolvidables.
-St. Julian: Zona de marcha y diversión nocturna por excelencia. Aquí encontraréis todo tipo de restaurantes, bares, coctelerías, discotecas..
-Sliema: Junta el paseo marítimo con las estrechas y singulares calles maltesas.
-Valleta: La Capital. Aquí encontraremos restos de excavaciones, bonitas plazas y jardines, iglesias y catedrales (San Juan, de puro estilo barroco donde se guarda La Decapitación de San Juan Bautista, de Caravaggio), el fuerte...y muchas tiendas y comercios. (Que rica la Arancina Spinaci que me tomé de aperitivo!)
Al oeste, en Anchor Bay encontramos un parque temático donde se rodó la película Popeye el Marino y más de 20 años después, ha mantenido su estética siendo un sitio pintoresco y bastante curioso. La gente es muy agradable y bañarte en sus claras y azules aguas es un placer.
-Marsaxlokk: Un precioso pueblo pesquero donde además de bañarte o tomar un delicioso helado, puedes degustar tradicional guiso de conejo estofado o un pescado recién sacado del mar (que mejor sala de espera antes de embarcar? y es que...está a escasos minutos del aeropuerto!).
Mediterraneamente...
Uno de los mejores consejos que me dieron antes de visitar la isla es el de alquilar un coche nada más aterrizar, en el mismo aeropuerto. Si no tienes experiencia en conducir por la izquierda (y con el volante en la derecha), las zonas más céntricas como Valleta, Sliema, St. Julian´s, te pueden agobiar un poco al principio por lo estrecho de sus calles, pero sin duda, el coche (o moto) es la mejor manera de conocer todos los secretos de este encantador país, en 3-5 días.
A la hora de comer, como cualquier país mediterráneo, disfrutaremos de sanos y deliciosos platos (guisos, verduras) con el conejo como carne por excelencia. Aunque lo que más se encuentra, sea por proximidad o por lo internacional de su cocina, es la influencia italiana (pizzas y pastas). En general resulta bastante barato.
Comino, Malta.
Una parada que según mi opinión, es evitable. No por la belleza del lugar, sino por lo masificada y explotada que la tienen, con quioscos, música, actividades acuáticas... Todo esto montado en una playita minúscula donde los turistas tratan de extender sus toallas evitando no pisar el picnic del de al lado. La isla es mucho más extensa que el rincón que te ofrecen al desembarcar, y puedes encontrar acantilados y algún sitio lleno de magia y naturaleza si te dispones a caminar durante unas horas.
Gozo, Malta
Esta preciosa y diminuta isla te sorprende en cuanto pones un pie en ella, y es que es suficiente un día para recorrerla de norte a sur, de este a oeste...
Tiene gracia que para acudir a cualquier punto de la misma, debes de pasar por Victoria (Ir Rabat), la pequeña ciudad, su capital, que está al centro.
Nosotros pasamos la noche en Xlendi, un rincón precioso.
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